sábado, 7 de mayo de 2011

Eskupeando

Se empieza por igualar miembras a miembros, se sigue confundiendo matrimonio con patrimonio, se prefiere monomarental* a monoparental —si fuera que de mamás (con perdón) y no de papás se tratara— y se acaba concluyendo que la concordancia de número no es otra que una antigualla sin más. Eso sí, el error de número seguramente siga siendo todavía independiente del error de género, es decir, no se considera obligatorio que hayan de ir ligados y por lo tanto aún pueden volar libres, cada cual a su gusto y al mejor estilo ‘tú mimmo con tu mecanimmo’, razón por la cual no hay forma por el momento de saber si la cita que sigue la redactarían en su origen hembra, varón o cualesquiera otro estado humano de su preferencia. Vean si no:

El presidente afgano ha declarado que los atentados contra edificios oficiales en Kandahar es una venganza por la muerte de Bin Laden. En la imagen, una de las protestas...

Eskup, diario El País.com, una noticia del sábado 7 de Mayo de 2011.

Claro, que si creen que exagero también pueden ver el siguiente eskup (y tajo) exactamente en la anterior noticia del mismo día y casi hora del mismo diario, aunque en este caso se trate más seguramente de una simple errata que no de una disfunción cerebral o cognitiva, como el anterior, aunque abundando, por desgracia, en la misma dirección.

Las autoridades afganas obligan a cuatro menores a contar en televisión que iba a actuar como terroristas suicidas. Fuentes de Inteligencia han explicado que los niños son...

Eskup, diario El País.com, una noticia del sábado 7 de Mayo de 2011.

Y esto a diario, nunca mejor dicho, y muchas, inacabables veces. Y en todos los medios, como se dice ahora, y con tanto, tanto, tanto ruido, como ladraba de pena y horror Joaquín Sabina, que a veces se viera uno tentado a pensar que los inverosímiles subtítulos con sus portentosas erratas del Telediario de la Uno, y los titulares del diario gratuito Qué, y los de El País, y los de El Mundo Today, incluso, fueran todos obra del único periodista aún no acogido al paro, de una sola mano pluriempleada e incesante, pero incesable, que corriera desesperada de acá a acullá, con su manojillo de tildes y jotas y ges y bes y uves y haches siempre mal repartidas, apretadas y estrujadas en su puño cerrado como mejor y buenamente pudiera y el cual abriera de vez en cuando, extendiera su palma y las fuera soplando a su mejor albedrío sobre el teclado de cada uno de los mil medios en los que trabaja, saltando enloquecido con ellas escurriéndoseles por todas partes, de taxi a moto, de bici a bus, de cursillo de perfeccionamiento a máster de comunicación, de conferencia de prensa sin preguntas a puerta de juzgado sin juicio, de atrio de hotel de lujo a portón trasero de morgue, de vestuario de acaudalados mocetones musculados a camerino de folclórica amargá, colocando el micro y la grabadora igual ante los más aterradores hocicos que frente a las más glamurientas boquitas pintadas, encuadrando en cámara lo mismo a santateresas que a benládenes, a Jorgeguashintones pretendidos que a ladrones negados, a aspirantes al estrellato que a estrellados, y atendiendo al móvil, pellizcando el áipad, de la Real Academia a la Complutense, de Valladolid al Toboso, y pasando todas sus letras y escribimientos con mimo infinito por el Photoshop, por mor de su necesario aseo, por razón de buen diseño tipográfico, ese dios, y en procura de su mejor aspecto y para alegría y beneficio sin fin de sus empleadores, en lugar de por el corrector ortográfico, o siquiera por el del cernido, y resoplando agotado, derrotado y acabado sí, pero triunfante y logrando reunir finalmente sus sudados 934 euros mensuales, gajes, pluses y extras incluidos, para depositarlos en el banco y para no volver a verlos jamás, como sin duda bien conocerá, el desdichado.

Y ya al margen de erratas o no y de libérrimas y sacras creencias ortográficas de cada redactor, lo cierto es que sí queda una evidencia meridiana. No ha habido corrección, ni sombra de correctores detrás, ni siquiera ojeada desganada y con bostezo. Porque de haberlos... ¡ay madre mía!, de haberlos... ¿se los imagina el lector trabajando con parecido celo y competencia profesional cortando uñas de ancianos impedidos, en salas de seguridad nuclear, en depuración de software, en el taller de frenos de su coche de usted, cosiendo vasos sanguíneos en quirófano o como controladores aéreos?

¡Ampárame Señor! o, mejor aún, tómeme de su mano huesuda y sabia, tóqueme con su pluma y lléveme ya y de una vez por todas con Usted, Don Elio Antonio.

Bueno, o tómame ya, colegui, si t peta, Eli, tío, que x fabó t lo pío.


*http://www.diariovasco.com/agencias/20110503/mas-actualidad/politica/valenciano-defiende-monomarental-describir-mejor_201105031945.html

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