martes, 26 de febrero de 2013

El tsunami Beppe Grillo y el M5S, las maravillosas elecciones italianas.



Un tsunami, como ellos mismos han gustado de calificarse, pero de forma previa, es decir, anticipando con muy buena exactitud los hechos, es de lo que podría calificarse a ese movimiento coral en el que se ha convertido hoy el M5S (Movimiento cinco estrellas, por sus siglas en italiano). Un partido casi inexistente hace un año y medio y ajeno ex profeso a los modos y formas de la política italiana y de la europea, pero que se ha hecho esta mañana con alguna décima más del veinticinco por ciento del total de los votos emitidos, hasta el punto de que la llave de la gobernabilidad de Italia pasa forzosamente por ellos.

Pero este número no expresa desde nuestra triste óptica española del bipartidismo la magnitud del resultado, que no es otro que hoy el partido del cómico, del outsider, la china en el zapato o mejor dicho el grano en el culo de la política italiana, es el partido más votado de Italia, puesto que quienes han arrancado más votos que él son coaliciones electorales, todas descompensadas por el peso  del partido principal en cada una de ellas, pero que ninguno de los cuales ha obtenido, unitariamente, ese resultado.

Puestos a hacer comprensible este maremoto para un español, sería el equivalente al caso de que UPyD o IU hubieran resultado el partido más votado en las generales pasadas, pero aglutinados bajo la figura mediática de un líder inverosímil en ese campo, como pudiera ser el Gran Wyoming, por mentar a alguien similar en presencia mediática, pero solo en eso, y animado de la voluntad de modificar de raíz la totalidad del funcionamiento del sistema político y del estado todo, y con una trayectoria a sus espaldas en la cosa pública de apenas tres años, no los larguísimos vividos por Izquierda Unida y su raíz ideológica o los más de veinte de vida parlamentaria y política de la señora Rosa Díez.

Pero, a la vista de los resultados, no va a tratarse de un movimiento cualquiera, ni sus pretensiones podrán ignorarse mucho más tiempo. Representa una novedad absoluta desde la existencia de las democracias parlamentarias, tal vez solo comparable con hechos ocurridos en tiempos del fascismo italiano, es decir, hace ochenta-noventa años, pero no en sus modos ni en su programa electoral, confuso, tal vez, pero que apunta con claridad meridiana a demasiadas cosas que funcionan mal, en Italia, pero en más de media Europa igualmente, por no decir en el mundo.

Sí es cierto que lleva un germen de un populismo que siempre da miedo, y ese es sin duda el principal pero a aducir, pero por otros muchos lados posee todas las formas y pretensiones de un movimiento de regeneración democrática, política y social, tan necesario, y bien puede merecer cuanta buena fortuna pueda deseársele, por el bien de tantos, y siquiera a priori.

Pero tiene en su contra también, el ser un movimiento demasiado personalizado y dependiente de la imagen de su líder, porque la portentosa y arrolladora personalidad del cómico Beppe Grillo, le presta unas características muy especiales, que lo pueden convertir en algo demasiado ceñido al personaje y, por lo tanto, en algo muy frágil, y por más que se insista en que las decisiones se toman en él de manera consensuada y democrática.

Y el cómo se maneje Grillo con esta situación en lo sucesivo y cuánto peso real, participativo, democrático en las decisiones, representativo y mediático sean capaces de alcanzar las demás cabezas del proyecto, visibles o no visibles, es la incógnita que pende sobre la viabilidad y continuidad de un movimiento político que ha unido a lo radical de sus postulados, la característica todavía mucho más novedosa, y seguramente aquella que le convertirá en pocos días en un objeto de la atención y el estudio universal, que es el haber subvertido los modos establecidos para el desarrollo de una campaña electoral moderna, en democracia, y en los tiempos de Internet, llevándola adelante de un forma muy atípica, pero exitosa. Y el éxito en política es el baremo absoluto, porque no existe pueblo que no se atenga al viva quien vence. Le espera al M5S una gran cosecha, pero es muy legítimo preguntarse si y cómo sabrán administrarla.

Y esta radicalidad de su campaña, no ya la del programa del partido, que también es mucha, ha consistido nada menos que en lo siguiente:

Rechazo a toda confrontación o debate con los demás líderes políticos desde el postulado (justo o menos justo y democrático, a saber, según los gustos) de considerarlos indignos y además, en lo que ha sido el leit-motiv permanente de la campaña, definitivamente muertos e inútiles para la modernidad y ajenos e irrecuperables para un futuro que no puede ser más que otro distinto. No les han gritado el ¡que se vayan!, sino su seguridad de que ‘os vais a ir porque los votantes os van a echar’, democráticamente, bien se entiende, y explicándoles por añadidura que ya no los consideran de este mundo. Y bien cierto ha resultado el vaticinio, pues han echado a 108 diputados de una tacada, que no es poca hazaña, y que ahora son suyos.

Rechazo, llevado a rajatabla hasta hoy mismo, a toda comparecencia en la prensa italiana y a prestarse a cualquier clase de declaraciones en sus medios.

Alfombra roja para las televisiones extranjeras, pero no a las italianas, a las cuales no han concedido entrevistas, comunicados, mensajes electorales, propaganda ni ningún otro tipo de material, y que les han contestado prácticamente de la misma manera, ignorándolos desde un primer momento, o casi, hasta cuando ya no le has quedado otro remedio que acudir a mendigar y luego a exigir que les permitieran su presencia en sus actos, apelando a su derecho a informar, y ante la magnitud del fenómeno.

Rechazo ¡y devolución!, ya efectuada y perfectamente atestiguada y destinada a micro créditos, de los fondos electorales percibidos por el partido en virtud de los votos recibidos en las regionales anteriores, y que se les entregan con cargo a fondos públicos, como igualmente ocurre en España y en tantas otras democracias parlamentarias, y que son, dichos fondos, el verdadero núcleo desde el cual, hasta hoy, cualquier partido consideraba que no era posible existir en política y aserto este que, también, han logrado demostrar falso.
Junto a ello, sus parlamentarios regionales ya electos y los ediles de las ciudades donde tienen representación desde los comicios locales anteriores, cobran el 25% de su sueldo y el resto lo destinan igualmente a un fondo con el que conceden micro créditos a muy pequeños emprendedores. Caso práctico: sus parlamentarios regionales sicilianos, con sueldos de ¡20.000! euros brutos mensuales, perciben 5.000 y entregan el resto para lo ya comentado. Cumplen así un punto de su programa que postula que los políticos cobren el equivalente a un buen sueldo medio-alto en Italia, pero no más, y aun menos cuatro o diez veces esa cifra. Y, al parecer y asombrosamente, lo llevan cumpliendo o al menos nadie les ha acusado de no hacerlo y eso, créanme, y en Italia, ya es de por sí bastante más que un milagro.

Realización de la totalidad de la campaña electoral misma SIN dinero, portento habido, logrado y alcanzado por estas tres vías:

  1. La donación de pequeñas cantidades y la prestación de manera gratuita por parte de sus militantes o inscritos de la totalidad de los servicios necesarios para la campaña, junto a la aportación de su trabajo y tiempo libre en la medida en que cada militante lo ofrezca, pero empezando por los cabezas visibles y los candidatos, todos aquellos con alguna responsabilidad en el partido y así hasta llegar a los de a pie, urgidos y solicitados todos ellos y llamados expresamente a contribuir con algo, trabajo o dinero en mínimas cantidades, pero no sólo con su voto, su presencia o su simpatía por la causa, expresamente rechazados, sino aportando su actividad, como directamente se les solicita tanto en el formulario para inscribirse al movimiento y como se les ha contado y repetido en cada mitin.
  2. El uso extensivo y exclusivo de los medios de la Red, utilizando un blog, ¡nada más que un blog!, como único centro desde el cual irradian sus comunicados, programas, actos, discusiones teóricas, contribuciones ideológicas, emisión de vídeos y textos y que es el empleado también para la inscripción de militantes y para proporcionar toda clase de informaciones, junto a la presencia masiva y ubicua en todas las redes sociales, Twitter, Facebook, etc..., para comunicar el día a día de la plataforma y toda novedad de interés, tanto en sentido descendente como ascendente. Y allí está todo, efectivamente, y cualquiera puede ir a verlo, a pocos click de distancia.
  3. El recurso tan antiguo, pero hoy fuera del alcance de casi nadie en esta vieja y descreída Europa, de acudir a los grandes discursos en una plaza, no otra cosa más que el antiquísimo mitin electoral, pero elevado a la categoría de obra de arte por el inigualable talento para comunicar de Beppe Grillo, nombre artístico del cómico y que no significa otra cosa en italiano que Pepito Grillo. 

El último mitin de campaña de Grillo, en Roma, el día 21, en la Plaza de San Juan de Letrán, un lugar que se presta a pocas confusiones numéricas, de enorme tamaño y símbolo de las concentraciones de la izquierda italiana durante muchos años, arrastró una masa enorme de seguidores, 800.000, según los organizadores y, aunque sin duda no fueran tantos, sí fueron con seguridad muchas veces más de los que cualquier otra organización política en ese momento podía concentrar en ninguna parte, teniéndose cualquiera de ellas que contentar con llenar más o menos un polideportivo con diez mil personas, y gracias, y como tan bien conocemos aquí, y desde hace ya demasiado tiempo. Y esta demostración de la fuerza del número se ha visto corroborada hoy por el resultado electoral habido, que ha llegado mucho más allá de las más aventadas de las previsiones.

Y ya se escucha un coro enorme y generalizado, de Oriente a América, y en toda Europa, de voces lastimeras y de rasgado de vestiduras, por una parte, y de perplejidad absoluta, por otra, ante el fenómeno. Porque es un recién nacido, pero es un recién nacido de veinte kilos y nadie tiene la más remota idea de cómo manejarlo y porque lo que transmite para los demás es pura y simplemente miedo.

Pero conviene no olvidar que se está tratando, junto con Francia, del laboratorio de Europa, si no del mundo, del lugar donde se llevan inventando desde hace dos milenios las tendencias, las buenas y las malas, que van marcando el futuro.

Es el país de los cínicos, de los prácticos y de los sinvergüenzas, pero también el de los constantes inventores de la modernidad, el de la imaginación y la creación, desde el derecho romano, abuelo de todos los actuales, a la banca misma, un invento toscano, a la ciencia experimental con Galileo y Leonardo, a la teoría política con Maquiavelo, y el país donde un hombre, Miguel Ángel Buonarroti, un siervo a fin de cuentas, se atrevió a gritarle al Papa desde la enormidad de su talento y viviendo después para contarlo, pero cuando el Papa era todavía un ser divino y dotado de poderes omnímodos, y donde se alumbró la proposición de una nueva juridicidad y trato para con los seres humanos, con César Beccaria, y el de la figura del héroe descamisado, pero victorioso, José Garibaldi, que exportó la revolución a dos mundos y el mismo que alumbró el primer hombre que construyó un reactor nuclear, que rompió el átomo y demostró la posibilidad práctica de hacerlo, Enrique Fermi, con lo que ello nos trajo, pero que también, cómo no, ¿nos suena acaso?, se tuvo que marchar con su música a otra parte para poder llevar sus sueños a la realidad.

Y este es el país donde, hoy, un cuarto de su población, indignada, desesperada, harta de ser engañada, robada, estafada y condenada a una existencia mucho peor de la que merece, pues son simples trabajadores en su inmensa mayoría y no parásitos, exactamente como aquí, de la noche a la mañana, se ha dado de baja del padrón de la política tradicional y se ha apuntado a imaginar y a inventarse otra cosa. Otra, pero muy, muy radicalmente otra. Nadie podemos barruntar ahora en qué dé el experimento, pero habrá que mantenerle los ojos y los oídos muy vigilantes y avizor. Tal vez solo sea un espejismo, pero también podemos estar asistiendo a la aparición de un nuevo paradigma sobre el modo de hacer política, con una implicación muchísimo mayor de la ciudadanía que, tal vez, haya encontrado una manera, original y diferente, de regresar al Ágora de Atenas, siempre un sueño, sin duda, pero que tantos llevamos guardado dentro. Porque es lo que todos aprendimos en el colegio, pero lo que también estamos todos cansados de oír que es un regreso a lo imposible y una quimera.

Hoy Grillo, el mago de la palabra, calla triunfante y hace de cigarra, guarda para el futuro. En su blog, su única forma de comunicación, se abstiene de toda intención de dejarse querer. Frente a la ingobernabilidad cierta y esgrimida por todos se ha limitado a suponer que se hará un gobierno de concentración, se entiende que sin él, todos juntos y revueltos, y a manifestar, con paciencia didáctica y franciscana, que la situación aguantará otros siete, ocho meses y que volverán a caer y que se irá a nuevas elecciones, cuando volverá a poner en marcha la cosechadora. Se ha limitado a repetir su mensaje, estáis muertos porque sois de otro tiempo. Y no, ya nadie irá a tomarlo como una boutade.

Pero, personalmente, no me parece su intención la de postular un cuanto peor, mejor, no es tan sencillo ni es solo eso, hay razones profundas que avalan su postura, y la primera, sin duda, la apelación a una idea general de justicia que todos poseemos y que hoy malvive pisoteada. Pero es verdad que los mercados hincarán el diente con nueva saña y que, en lo tocante a su partido, esto les seguirá beneficiando, pero a su país no. Si el postulado del M5S de que el sistema está acabado que, en lo fundamental a mí me parece que bastante tiene de correcto, si bien no intuyo a cuál plazo, y si esta idea sigue calando en la población italiana, no ocurrirá otra cosa más que el que seguirán creciendo y que irán gobernando progresivamente en más y más regiones y ayuntamientos y finalmente en todo el país.

De cómo lo hagan entonces y de que sean capaces de demostrar con hechos que sí gobiernan de otra manera en los ámbitos en que puedan hacerlo, y de que esta ‘diferente’ manera sea mejor recibida por la población, se la crea y vea sus efectos, dependerá el que este milagro o espejismo de hoy se conviertan en moneda política sólida. Y de lograr esto, sin duda el tsunami será exportable a otra escala y toda la política, en Europa, se encontrará frente a un desafío para el que no parece haber manual de tecnócratas que sepa acomodarlo.

Porque, por ejemplo, habla Grillo en sus discursos de algo tan sencillo como limitar por ley a una horquilla de uno a doce, por decir una cifra, la cantidad de diferencia salarial entre el sueldo mayor y menor de los percibidos en una empresa. Y leído así puede sonar raro y hacer pensar que incluye un innecesario inmiscuirse en asuntos de libertad empresarial ajena, pero confrontado esto al dato de que hoy existen empresas donde esta misma diferencia es de 1500 a 1, las cosas toman otra perspectiva, y aquello que no parece lógico por un lado, igual si lo acaba siendo si comparado con lo descabellado de la nueva cifra, y es como si se escuchara a Stiglitz, armado de su arsenal de números, y trazando líneas rojas. Y esto entonces no sería una reforma agraria o un venir a regalarle las tierras a los campesinos, a estilo de reivindicación decimonónica, pero tiene el potencial de producir en los teóricos del libre mercado sarpullidos mucho peores que tener la lepra, porque no cabe duda de que tal asunto, el de las graves desigualdades de trato económico, es una de las principales causas por las cuales nos hallamos en la situación en que estamos y con las poblaciones empobrecidas con respecto a hace diez, veinte o treinta años atrás, y que, por lo tanto, es algo de lo cual hay que hablar y tratar y sobre lo que antes o después habrá también que legislar. Legislar finalmente en otro sentido.

Esto al margen, me ha resultado hoy muy significativo un vídeo, de una de las candidatas triunfadoras del día, en el cual esta mujer, muy joven, solo dijo una cosa. El periodista se dirigió a ella como Onorevole, como es el uso social en Italia, y la neo-diputada le contestó: no, Onorevole, no. Ciudadana. Nosotros somos ciudadanos. ¿Cómo evitar leer en ese italianísimo o francesísimo Cittadino o citoyen, así espetado y como única consideración política sobre la efeméride, un eco meridianamente claro de la Revolución francesa y de su significado, cada día más olvidado?

Toda la política italiana es hoy un coro que no pronuncia otra palabra que ingobernabilidad, desviando el tiro del blanco en el cual efectivamente ha impactado. Porque lo que se lee verdaderamente en muchos representantes políticos no es otra cosa que el simple y puro miedo. Miedo no sólo a lo económico, y más que justificado, sino miedo a la realidad y al vacío frente a los cuales Grillo los ha colocado.

Escapa de mis fuerzas y posibilidades el traducir y editar al completo el vídeo de la intervención en la Plaza de San Juan el día 22, https://www.youtube.com/watch?v=b7duWlDJE8c en el mitin de cierre de la campaña de Grillo. Pero bien lo desearía, porque en mi opinión es un documento histórico y un momento fundacional de algo que pertenece al porvenir, y no solo al de Italia. Y todo este largo trabajo que me estoy tomando hoy, no tiene otro objetivo que la comparición con lo que ocurre aquí, en España, donde los problemas son prácticamente los mismos y la manera a la que se enfrentan a ellos los partidos tradicionales es esencialmente idéntica.

Tuvimos, o tenemos, un movimiento 15-M sustancialmente originado por las mismas causas, pero que no se ha traducido en votos ni ha sabido ser canalizado por nadie en dirección a un movimiento político, no sólo de indignación o insatisfacción, sacrosantamente justificada por políticas insensatas, injustas, antisociales e inhumanas, sino para crear con esos mismos mimbres, una plataforma de acción que pueda aspirar a algo tan claro y sencillo como conseguir el poder necesario para hacer lo que tantos creen imprescindible y para tratar de modificar lo que igualmente tantos están viviendo como no soportable.

Hoy tenemos un ejemplo ante los ojos, y aun con todos sus claroscuros, es sin duda la única luz que alumbra y apunta hacia una forma distinta de vivir socialmente y en comunidad, que es el terreno donde acontece la política, y que afecta a todos los seres humanos, incluso a aquellos que la desdeñan o no creen en ella.

Desde esta mañana existe, con el final del recuento del voto en Italia, un capital de ilusión, no un capital ficticio o solamente deseado, sino un capital humano capaz de obrar acciones poderosas, pero al cual sería imperdonable traicionar, pues constituiría una verdadera catástrofe moral y un abrirle entonces definitivamente las puertas a un nuevo fascismo, porque igualmente con su éxito o su fracaso, el resto del sistema está malherido, como reza el primer postulado de Grillo, que comparto. Pero si a este sistema no lo barre o siquiera lo restaura una acción, lo hará otra siguiente, pero que cuanto más tarde llegue, más desesperada será, y por lo tanto y potencialmente, será más peligrosa y la cirugía necesaria más invasiva y dolorosa.

Y ese es el desafío tremendo al que hoy se enfrenta un simple cómico de la legua, un actor, un payaso, un pancartero y un yayo flauta, según nuestros delicados usos, pero que como el flautista de Hamelin se ha llevado detrás, en un acto de prestidigitación incomparable, la cuarta parte de un país entero. Y nada más que gritando cosas razonables y verdades como puños desde una tarima, sin televisión, sin prensa, sin dinero y a base de Tuiteos, y para mayor Inri y escarmiento de sabedores y analistas del día después y de Todos sus Santos.

La izquierda italiana, hoy con la boca abierta de estupor, se palpa el traje y mira desesperada para intentar comprender cuándo y cómo le robaron la cartera. El día que se disponía a regresar al poder se ha desayunado sentada efectivamente en él, pero consciente de que ganar no le ha servido para nada y de que para dentro de dos cortes de pelo más le van a quitar también la huerta y la caja de herramientas y de que tal vez, en muy poco tiempo más, solo quedará capacitada para escribirle una dolorida y sentida carta a los nietos. —Sed buenos, hijos...—

Una buena mitad del discurso de Grillo, por no decir sus tres cuartas partes, lo tendría que haber hecho la izquierda italiana, desde hace mucho tiempo, como el discurso del 15-M nuestro tenía que haber partido de los Rubalcaba, Zapatero & asociados, y Cayo Lara Inc, junto a muchos otros. Pero no sólo para hacerlo por hacerlo, para hablar por hablar, sino para ponerse a llevarlo de los cuadernos de apuntes a la práctica, y cuando, además, tuvieron los votos y el crédito popular necesario para acometerlo. No lo hicieron así y la responsabilidad de las izquierdas italianas y españolas frente a sus votantes y a sus poblaciones crece y crece como una marea que al final será la marea que las rebasará a un lado y a otro y las llevará a una jubilación que ya solo cabe desearles y desearnos a todos que pueda ser incruenta.

Termino con un pequeño resumen del programa electoral del M5S, del que destacaré dos cosas. Que es un programa que en muy buena parte debiera de haber asumido la izquierda, en lugar de dejárselo robar por no haber querido o haber sido capaz de llegar antes a lo obvio, y segunda, que en aquellos otros aspectos más polémicos, es un reflejo de la paradójica modernidad de un mundo en el que muy pocos expolian a muchísimos, lo cual no puede traer otra consecuencia que un estado general de insumisión, de protesta y de rebelión, que llevará a la utilización, cada vez mayor, de instrumentos y expedientes novedosos para intentar revertir tan injusto estado de cosas. No se está hablando aún de revolución en las calles, porque afortunadamente se está empezando a hablar de revolución en las conciencias y en el aprendizaje y uso de nuevas herramientas y criterios que pueden ser igualmente poderosos para alcanzar el mismo fin. 

El programa resumido del M5S lo dejo abajo y me permito resaltar en él aquellos de sus aspectos que me parecen más novedosos:

1. Institución de la llamada Renta de ciudadanía. (Un pago, sin determinar, a cada ciudadano sin trabajo, sin plazo, y por el hecho de serlo).
2. Medidas inmediatas para el relanzamiento de la pequeña y mediana empresa.
3. Ley anticorrupción.
4. Informatización general y simplificación del estado.
5. Abolición de las contribuciones públicas a los partidos.
6. Institución del llamado “politómetro” para comprobar enriquecimientos ilícitos de los políticos durante los últimos veinte años.
7. Obligación de efectuar referéndums a propuesta directa de la población, sin necesidad de quorum previo.
8. Referéndum sobre la permanencia en el euro.
9. Obligación de discusión de toda ley instada por propuesta directa de la población, con voto no secreto.
10. Una única red de televisión pública, sin publicidad, e independiente de los partidos.
11. Elección directa de los parlamentarios al Congreso y al Senado (lo que aquí se conoce como listas abiertas).
12. Un máximo de dos mandatos electivos por cada político.
13. Ley sobre conflicto de intereses (Las aquí conocidas como leyes de Incompatibilidades).
14. Devolución o restauración de los fondos recortados a la Sanidad y a la Instrucción Pública.
15. Abolición de las financiaciones directas e indirectas a los periódicos.
16. Acceso gratuito a Internet para toda la ciudadanía.
17. Abolición del impuesto de bienes inmuebles sobre la primera vivienda.
18. No pignorabilidad de la primera vivienda.
19. Eliminación de las provincias (por sobreentenderse que con las regiones, nuestras comunidades, es suficiente).
20. Abolición de la entidad mixta que gestiona los impuestos (y se entiende igualmente que para devolverla a una agencia estatal, exclusivamente).

Nada más, y nada menos.

A estos veinte puntos, que son solo un extracto del programa total, amplísimo, que se puede consultar en el blog del M5S, se le añadió, como instrumento de campaña, una carta de Beppe Grillo a los italianos llamándolos a un voto auténticamente participado, y no a entregarle su delegación en blanco a un parlamentario.


Texto de la carta:

Italia tiene que convertirse en una comunidad, nadie tiene que ser dejado atrás. Es intolerable, es inhumano ver filas de desplazados, de desahuciados, de desempleados comiendo en los comedores de Cáritas, mientras que quienes han sumido al país en la miseria se mueven con escolta, en su coche azul (el color de los vehículos oficiales), carentes de toda preocupación económica.

Los partidos son los primeros responsables de esta situación, han ocupado el Estado, lo han malvendido, lo han vaciado desde dentro. Y hoy, estas personas se presentan, gracias a los periódicos y a las televisiones que controlan, como los salvadores de la patria, precisamente ellos, que la han hundido y utilizado exclusivamente para su interés.

Italia tiene una presión impositiva de las más altas del mundo, una de las mayores deudas públicas, una tasa de desempleo, en particular el juvenil, que ha llevado a la emigración, en pocos años, a un millón y medio de jóvenes italianos, diplomados y doctorados con el sacrificio de sus padres.

Es hora de decir ¡Basta!, tiene que acabar esta comedia o se acabará el país. No nos queda más tiempo, tenemos que mandarlos a todos a casa. A todos aquellos que forman parte de este sistema podrido. Tendrán que marcharse, desaparecer, pero antes tendrán que justificar su eventual enriquecimiento.

Yo no pido tu voto, no me interesa tu voto sin tu participación en la cosa pública, sin que te involucres directamente. Si tu voto para el M5S es una simple delegación a alguien para que decida por ti, no nos votes. Este país solo podemos cambiarlo juntos. No hay otra alternativa.

Salgamos de la oscuridad y volvamos a ver las estrellas. El estado tiene que proteger a sus ciudadanos o no es un estado, y por esto tiene que constituirse una Renta de ciudadanía.

Yo soy estado, tú eres estado, nosotros somos estado. Vamos a recoger de nuevo Italia.

Beppe Grillo.


Quiero concluir diciendo que no soy un militante de este partido, por más que cualquiera a estas alturas estaría en todo su derecho de afirmar que lo parezco. Pero sí le manifiesto mi simpatía, aunque con no pocos matices y apuntando el espanto que me produce la presencia de una cierta carga de demagogia, y sueño con poder contar aquí, pronto, con algo que me pueda mover a una ilusión parecida, y no solo, sino con un movimiento más amplio, transversal como se le dice ahora, que nos una a estos países rapiñados por la codicia de unos pocos de nuestro mismos compatriotas y de las fuerzas oscuras, no, clarísimas, a las que representan y sirven, so capa de representar a la ciudadanía.

Sueño con una Internacional de Pepitos Grillo, capaz de alguna eficacia.

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